Acerca de mí...
Mi nombre es Carmen Soto y comencé mi formación vocal en el año 1998. He continuado formándome con profesionales de la voz a nivel mundial. A pesar de disfrutar del escenario y de sentirme totalmente realizada en él, hace tiempo que comencé a impartir clases de técnica vocal porque la voz y su funcionamiento se han convertido para mí en algo apasionante y realmente interesante, pues al fin y al cabo es algo que prácticamente todo el mundo tiene pero que no todo el mundo sabe utilizar y explorar de forma consciente y eficiente. Básicamente estoy hablando del poder de la voz.
La idea general, para mí, es proporcionar al alumno de una serie de herramientas que le permitan controlar su voz y ponerla al servicio del Arte y para ello es importante disponer de las estratégicas idóneas para discriminar auditivamente qué está sucediendo y corregir aquello que no.
La idea general, para mí, es proporcionar al alumno de una serie de herramientas que le permitan controlar su voz y ponerla al servicio del Arte y para ello es importante disponer de las estratégicas idóneas para discriminar auditivamente qué está sucediendo y corregir aquello que no.
¿Por qué escuela?
Escuela significa lugar en el que aprender. Cantar no es una actividad natural, que lo hagamos de forma instintiva no quiere decir que sea una función vital para nosotros. Es por ello que debemos aprender y entender qué sucede y por qué. Pensar en el nombre escuela fue un impulso de querer transportar esa experiencia a un aprendizaje más artesanal y por qué no decirlo, más afectuoso.
Para mí cantar es revelar aquello que somos, que nos hace y que nos nace. Exponer nuestros sentimientos, de cualquier tipo, y compartirlos con bondad y humildad. Por ese motivo entendí que la escuela nos guiaría a ese trato más cercano.
Escuela significa lugar en el que aprender. Cantar no es una actividad natural, que lo hagamos de forma instintiva no quiere decir que sea una función vital para nosotros. Es por ello que debemos aprender y entender qué sucede y por qué. Pensar en el nombre escuela fue un impulso de querer transportar esa experiencia a un aprendizaje más artesanal y por qué no decirlo, más afectuoso.
Para mí cantar es revelar aquello que somos, que nos hace y que nos nace. Exponer nuestros sentimientos, de cualquier tipo, y compartirlos con bondad y humildad. Por ese motivo entendí que la escuela nos guiaría a ese trato más cercano.
Estrategia de trabajo.
Después de mucho tiempo de docencia, además de mi propia experiencia, he llegado a la conclusión de que al igual que un programador necesita conocer su propio lenguaje, un cantante o cualquier persona que utilice su voz como herramienta de trabajo, necesita conocer cómo se produce y cómo funciona ésta. Básicamente estoy hablando de conocer cómo funcionamos y de qué manera podemos rentabilizar ese funcionamiento o incluso cómo mejorarlo. Es un conocimiento motriz, sensorial y neurológico porque la voz así lo es.
Mi método de enseñanza es un compendio de toda mi experiencia como cantante en diversos estilos y de toda la formación que he recibido y sigo recibiendo en distintos métodos y programas.
Esta capacidad de trabajo me permite poder adaptar todos esos conocimientos a la individualidad de cada uno de mis alumnos, independientemente del estilo musical que quieran trabajar o del uso que pretendan hacer de su voz pues mi objetivo no es estilo musical sino la mecánica vocal, es decir, el uso correcto y saludable del aparato fonador.
Después de mucho tiempo de docencia, además de mi propia experiencia, he llegado a la conclusión de que al igual que un programador necesita conocer su propio lenguaje, un cantante o cualquier persona que utilice su voz como herramienta de trabajo, necesita conocer cómo se produce y cómo funciona ésta. Básicamente estoy hablando de conocer cómo funcionamos y de qué manera podemos rentabilizar ese funcionamiento o incluso cómo mejorarlo. Es un conocimiento motriz, sensorial y neurológico porque la voz así lo es.
Mi método de enseñanza es un compendio de toda mi experiencia como cantante en diversos estilos y de toda la formación que he recibido y sigo recibiendo en distintos métodos y programas.
Esta capacidad de trabajo me permite poder adaptar todos esos conocimientos a la individualidad de cada uno de mis alumnos, independientemente del estilo musical que quieran trabajar o del uso que pretendan hacer de su voz pues mi objetivo no es estilo musical sino la mecánica vocal, es decir, el uso correcto y saludable del aparato fonador.